«Hombres de ayer, hoy y mañana«, es el nombre de un proyecto intergeneracional, con claras características de Aprendizaje Servicio, que se desarrolla en Alsasua y en el que participan la Clínica Josefina Arregui y los colegios Zelandi y Sagrado Corazón.
Reproducimos aquí la noticia, publicada en Diario de Noticias, dando cuenta del premio recibido y contando algunos detalles del proyecto.
La clínica Josefina Arregui, premiada por un proyecto intergeneracional
Ha recibido en Madrid el galardón ‘Humanizando la sanidad’ del grupo Teva
Participan pacientes del centro de día y alumnado de Zelandi y Sagrado Corazón
Publicado por Nerea Mazkiaran - Viernes, 12 de Octubre de 2018 - En Diario de Noticias https://www.noticiasdenavarra.com/2018/10/12/vecinos/sakana-leizaldea/la-clinica-josefina-arregui-premiada-por-un-proyecto-intergeneracional

Altsasu–
La Clínica Psicogeriátrica Josefina Arregui ha recibido el premio Humanizando la sanidad 2018 del grupo Teva con el proyecto de título Hombres de ayer, hoy y mañana, un encuentro intergeneracional cuyo principal objetivo es favorecer la integración social de pacientes con demencia y educar desde la infancia en la tolerancia, el respeto y conocimiento de enfermedades, en especial la de tipo alzhéimer. Así lo ha explicado Juan Manuel Vicente, gerente de esta clínica, que indica que este proyecto se ha llevado a cabo estos tres últimos cursos con usuarios del centro de día junto con el colegio público Zelandi y Sagrado Corazón, ambos de Altsasu, donde ya forma parte de la actividad curricular de los mismos.
“La experiencia ha sido un éxito y hay centros de Pamplona que están interesados”, apunta Vicente. Al respecto, señala que “la educación desde la infancia es un pilar sobre el cual construir una sociedad en la que tengamos cabida todos y todas, eliminando en lo posible el estigma social de estas enfermedades”. Asimismo, incide en que es una herramienta de estimulación cognitiva para los usuarios del centro de día cuyas capacidades cognitivas y físicas están menos deterioradas.
El proyecto consta de dos fases, para cada una de las cuales se busca un perfil de edades diferentes, uno de 9-10 años y otro de 12 a 16 años. Hasta la fecha las beneficiarias directas han sido 102 personas además de otras 308 indirectas, 410 en total. Y es que esta iniciativa ha ido creciendo hasta llegar a realizar tres encuentros al año.
Comienzan con una sesión interactiva ofrecida por uno de los médicos de la clínica en el colegio y continúan con una visita del alumnado al centro de día, donde participan con los pacientes en las sesiones de psicoestimulación. Después, los mayores devuelven la visita y acuden a los centros docentes, donde desarrollan con los niños y niñas una jornada de juegos y educación, enlazando juegos tradicionales y de actualidad.
“Para este curso el objetivo con los niños de 9-10 es que los encuentros sean mensuales, promoviendo el intercambio de experiencias y la ampliación de conocimientos”, explica Vicente. “Otros objetivos son la implementación de estrategias y pautas de comunicación además de que se posibilite la creación de lazos afectivos, dando respuesta así a las demandas tanto de los niños y del profesorado como de los pacientes del centro de día”. Al respecto, el gerente de la clínica Josefina Arregui señala que algunas familias les han transmitido que a raíz de esta experiencia los niños y niñas han mejorado la relación con sus familiares aquejados de la enfermedad de Alzheimer.
En el caso de los jóvenes de 12 a 16 años el objetivo es aún más ambicioso: crear material docente propio que se pueda incluir en el currículum del alumno, en el que se abordarán los diferentes aspectos de la enfermedad de Alzheimer desde el ámbito de las matemáticas, la biología, las ciencias sociales, el ejercicio, ética o religión, con una perspectiva integradora, real y humana. “Ya se han comenzado a dar los pasos, tanto por los centros escolares como por la Fundación Felipe Lecea”, avanza.
RECONOCIMIENTO
El proyecto de la clínica Josefina Arregui fue premiado junto con otros diez que se han desarrollado en hospitales y centros sanitarios de diferenes puntos del Estado que día a día ayudan a mejorar la calidad de vida de miles de pacientes y sus familiares y que va más allá del tratamiento. Y es que esta compañía farmacéutica quiere reconocer la labor de entidades y asociaciones que desarrollan proyectos e iniciativas solidarias que priorizan el bienestar del paciente y sus familiares. Así, se premia el trabajo, la sensibilidad y la imaginación que facilitan la lucha contra la enfermedad, porque un trato más próximo, humano y cálido puede contribuir decisivamente en resultados más positivos para el propio afectado.
“Se presentaron 50 proyectos y se seleccionaron la mitad. De éstos se premiaron 11, todos por igual. Fueron elegidos por los trabajadores y trabajadoras de Teva, más de 1.000 personas”, observa Vicente, que fue el encargado de recoger el premio este pasado lunes en Palacio de Monedad de Madrid. Lo dedicó a los trabajadores y trabajadoras del centro, 60 personas en total que realizan un abordaje multidisciplinar, tanto en la unidad de hospitalización de agudos de psicogeriatría como en el centro de día, en las consultas externas y la unidad de recuperación funcional ambulatoria, pionera en Navarra. “Sin su implicación y entrega no hubiera sido posible ni tampoco la clínica. Es un trabajo vocacional”.
CENTRO PIONERO
El premio está dotado con 3.000 euros, cantidad que se utilizará para gastos de la clínica, centro de referencia en el tratamiento de enfermedades psicogeriátricas desde su creación en 1994. Así, pronto cumplirá 25 años. Fue a iniciativa de Felipe Lecea, un industrial de Altsasu sensibilizado con esta enfermedad que padeció su esposa, Josefina Arregui.
En la actualidad las 21 camas del hospital se encuentran concertadas “con una cantidad muy ajustada. El precio-cama actual es de 170 euros cuando para cubrir los gastos serían necesarios 211 euros por cama y día”, dice el gerente. Para cuadrar las cuentas reciben donaciones de empresas y particulares. Mientras el edificio se va deteriorando, sin disponer de recursos para compensar los daños ocasionados por el desgaste y el paso del tiempo. En su mantenimiento es imprescindible la labor de la Asociación de Amigos de la Clínica Josefina Arregui.